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sábado, 10 de septiembre de 2011

Una Calle.


Para Enrique y para mí éstas serían las últimas vacaciones juntos. Le propuse una especie de juego,que fuéramos a la calle que primero le viniera a la memoria un domingo por la tarde ,que seguro estaría desierta...
 Y qué tiene que ver con las vacaciones? , me preguntó.
- Nada ,pero decime el nombre de esa calle ...
Se quedó mudo unos segundos con la vista en la mesa hasta que me dijo que tal calle no existía  y que si nadie la buscaba o se mudaba o se besaba en alguna de sus esquinas ,era imposible que exista.

Está bien -le dije,hacé de cuenta que sos mago y que en vez de sacar palomas ,sacás calles ...
Sonrió,me sentí muy sola cuando lo hizo y apenas pude reprimir las primeras lágrimas.

Claro! elegí; una cortada? una avenida o una numerada? 

No, no me gustan numeradas,prefiero tener un nombre que recordar...Está bien -dijo muy seguro.Vamos a Murature.

Fuímos un domingo después de almorzar,en el aire había quedado impregnado el calor del sol,el gentío interminablede la feria ,los bocinazos ...
La esquina con Recondo estaba inundada hasta Mario Bravo y un poquito mas.Enrique se quedó mirándome esperando que le diga aquello por lo estábamos ahí.Y lo hice.

Le dije que lo amaba y que quería verlo bien,si eso implicaba no verlo que fuera asi...
Que sabía cuanto extrañaba el camino que una vez dejó para seguirme y de las calles que quería conocer,habitar y de otros sueños ;
Nos abrazamos muy fuerte ,ví como se alejaba subiendo por Recondo hasta perderse.


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