Para no mirar al reloj directo a los ojos, Mariela inventó
un juego.
Canta una canción de cuna y se imagina la mirada de un bebé
que se queda dormido en sus brazos.
Mientas tanto , a su alrededor,el mundo la llena de ruído ,
de tierra de sol .
Ella acaricia al bebé con la mirada y se olvida del tiempo
que camina hacia atrás y se ríe de sus ganas de irse.
La fábrica cierra a las cinco, el tren pasa cinco y veinte
hay que correr y ganarle a las primeras
luces de neón…
Mañana ; será igual.
Mariela y un nuevo sueño, Mariela y un mismo día, espejo .
Un día que se parece a todos los dias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario