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miércoles, 9 de noviembre de 2011


Para no mirar al reloj directo a los ojos, Mariela inventó un juego.

Canta una canción de cuna y se imagina la mirada de un bebé que se queda dormido en sus brazos.

Mientas tanto , a su alrededor,el mundo la llena de ruído , de tierra de sol .

Ella acaricia al bebé con la mirada y se olvida del tiempo que camina hacia atrás y se ríe de sus ganas de irse.

La fábrica cierra a las cinco, el tren pasa cinco y veinte hay que correr y  ganarle a las primeras luces de neón…

Mañana ; será igual.

Mariela y un nuevo sueño, Mariela y un mismo día, espejo . Un día que se parece a todos los dias.

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