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viernes, 4 de mayo de 2012

Infusiones.


No se.
A lo mejor hubiera hecho bien en no decirle la verdad al cana esa mañana.

Él quería saber cuantos éramos en la casa , de qué vivíamos …

Yo le sugerí que fuéramos a calentar agua para el café viendo que les quedaban muchas preguntas por hacer.

De todos modos mentirle al cana no me hubiera ayudado.

Una mañana de enero en vez de servirle su té de todos los días le dí un  beso y un enigma a resolver.
Parecía contento , … que  se yo…


Le dije: te animás a decirme de qué está hecha la tarta?

El se habrá puesto nervioso, y mucho más al recordarme parada frente a la estación de tren donde se despedía de ella.
Ella, no se quien era.

Yo supongo el trabajo que le habrá costado tragarse esa porción eterna ,viéndome a los ojos, después de jurarme que iba a lo de su hermano, en Coghlan.

Para ir a Coghlan uno tiene que armarse de paciencia ,señor…- le dije al cana.


Pero volviendo a la tarta. El pobre no duró demasiado, yo no lo maté, no fue el raticida.
Fue la culpa , eso fue lo que lo mató.